¿Últimos otra vez?
Alfonso Soriano fue el primero en dejar a los Nationals.
Foto: archivo-ETL
La historia reciente. Los aficionados al béisbol en Washington esperaron durante 34 años la vuelta del béisbol a la capital y la llegada de los Nationals los hizo muy felices en 2005. La novena que debutó en D.C. el 14 de abril de ese año en el estadio RFK eran los antiguos Expos de Montreal, pero en su nómina figuraban nombres de reconocida trayectoria en las Grandes Ligas, a pesar de que todavía pertenecían a MLB. El cubano Liván Hernández, los mexicanos Esteban Loaiza y Vinicio Castilla, el boricua José Vidro y los dominicanos José Guillén y Cristian Guzmán formaron parte de la novena que en su primer año llegó a la mitad de la temporada en el primer lugar. Las aguas cogieron su cauce y los Nacionales finalizaron últimos en la División Este de la Liga Nacional en 2005. Se fueron Loaiza y Castilla en el receso invernal y aunque llegaron los dominicanos Alfonso Soriano, Felipe López y Ramón Ortiz en el 2006, después se fue Hernández y al terminar la temporada 2006, también en el último lugar, se marcharon Soriano, Ortiz, Pedro Astacio y José Vidro…
¿Y donde están los reales?. Siempre entendí que por ser propiedad del resto de los dueños de equipos en la MLB, las inversiones en peloteros serían mínimas pero cuando la multimillonaria familia Lerner pagó alrededor de $450 millones por el club, tuve la esperanza de ver llegar a peloteros de mayor nivel. Pero no. El club no fue capaz de ofrecer a Alfonso Soriano un contrato para retenerlo en D.C. y éste se marchó a Chicago, días después de la llegada del nuevo mánager dominicano, Manny Acta, quien en su presentación había dicho que trataría de ayudar para firmar a Soriano pero que no sólo eso se necesitaría para retener a Alfonso en D.C. No hay que olvidar que Acta fue el manager de República Dominicana que sentó a Soriano en el Clásico Mundial de Béisbol. “Alfonso fue el primero que me llamó para felicitarme”, dijo Acta en su presentación. Quizás también le dijo que se olvidara de contar con él. Es cierto que $136 millones no se comprometen tan fácilmente por más millonaria que sea la familia Lerner pero al menos podían haber adquirido dos o tres peloteros, no tan caros como Soriano pero con solventes credenciales en las Grandes Ligas…
El futuro. Con la partida de Vidro, los Nacionales resolvieron el problema de tener a dos campocortos, Christian Guzman y Felipe López, porque ahora convencieron a López para que se mude a la intermedia y dejarle las praderas cortas a Guzmán, a quien ojalá no le afecten las lesiones como en los dos últimos años y pueda mostrar su gran potencial en D.C. La veteranía de las dos primeras campañas se convertirá en mucha juventud para 2007, una nómina más barata y los Nacionales podrían finalizar aún más lejos en el sótano del Este del Viejo Circuito. Menos mal que Manny, como es natural, es más optimista que yo: “Creo que son 25 peloteros contra 25 peloteros todos los días y creo que mis muchachos pueden tener un buen día todos los días. Quiero estremecer al mundo y jugar sobre .500 y jugar importantes partidos al final de la temporada”, dijo Acta recientemente a MLB.com. Dios te oiga Manny porque en D.C. no queremos sólo béisbol, también queremos un equipo ganador.
miguel@eltiempolatino.com
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