El nuevo código “Da-vid”
De Frente
El nuevo código “Da-vid”
La llegada de David Beckham es sin duda una bocanada de aire fresco para el fútbol porque el pasado sábado el fútbol fue el gran protagonista del espectáculo en Estados Unidos con el esperado debut del gran David.
Y aunque en lo deportivo nos quedamos con las ganas de ver en plenitud la prodigiosa pierna derecha del británico, desde lo social y lo cosmético –por ortodoxos que seamos— créanme que el espectáculo del Home Depot Center nos hizo sentir protagonistas directos de ese exclusivo mundo de las estrellas.
Fútbol con alfombra roja, invitados de lujo que solamente habíamos visto a lo largo de nuestra historia profesional en las finales de los campeonatos del mundo, una producción de tele espectacular —casi sin errores— y el desborde mágico de un realismo llamado Beckham que desde hace días se tomó por “asalto” este país en lo deportivo.
Jamás había visto un banco de suplentes tan rodeado de fotógrafos y fue sin duda la primera vez en mi carrera como profesional de casi treinta años en que la noticia estuvo sentada por 77 minutos y 29 segundos.
Por consideración con los aficionados y con los telespectadores David saltó al terreno de juego (a pesar de su lesión) para cumplir su rol más de libreto que de futbolista.
Y lo escribo con la mejor intención del mundo y casi dándole las gracias al jugador por el gesto noble y desprendido de querer jugar ese ratito a riesgo de haber recrudecido la lesión de su tobillo. No quería esconder nada e inclusive arriesgó en un balón dividido que lo llevó de bruces contra el césped mientras los 32.000 espectadores del Home Depot Center contuvieron el aliento.
Fue el esperado debut del nuevo icono del deporte en Estados Unidos, ese que quizá generara más polémicas de las normales especialmente en los aturdidos “expertos” americanos que por sus miedos olvidan que ellos son, o fueron, tan inmigrantes como todos nosotros y que este país ha sido construido, levantado y recreado por todos quienes hemos llegado de diferentes orígenes.
Unos de Escocia. Otros de Irlanda, algunos más de Inglaterra. Alemanes, polacos, iberoamericanos, árabes, afroamericanosxtodos hemos sido parte de la construcción de esta generosa América que hoy no puede levantar muros como si no hubiera espacio para el verdadero fútbol.
A ellos, a quienes pretenden levantar barreras y generar miedo por la llegada de Beckham solo habría una frase para definirlos y para enseñarles:
“Nunca se le debe tener miedo a la competencia, se le debe tener pánico a la propia incompetencia”.
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